domingo, 19 de octubre de 2008

La palabra nace arropada por buenos amigos

Nace afortunado este blog, que recibe dos excelentes mensajes en sus primeras 24 horas. Espero que otros amigos y colegas ofrezcan sus opiniones acerca del primer post o de los que aparecerán próximamente. Ya saben cómo ofrecer su "palabra desnuda".

El destacado periodista Juan Carlos Roque García, quien laborara durante varios años en emisoras cubanas y ahora presta servicios en Radio Nederlán, pero muy vinculado a Cuba y al resto de América, escribió:

Estimado Adrián, grata sorpresa encontrar hoy en tu blog 'Con voz propia' una pequeña nota que nos lleva a tu nuevo sitio 'Palabra desnuda'. No sé si sabías que ya tenía enlazado tu blog primogénito al mío: 'El arte de hacer radio'(http://www.haciendoradio.blogspot.com/). Ahora acabo de publicar el enlace con este otro dedicado a tus "pareceres sobre el mundo de la radio, la televisión y otras áreas de la cultura". En relación a tu primer post, coincido contigo punto por punto.

La labor del asesor es esa que pretendes rescatar. Como bien dices, este debate es tan viejo como los años que llevamos con la “nueva” radio a cuestas, y ya va siendo hora de reconocer que en esta materia no siempre ha primado la lógica. Enhorabuena por tus reflexiones sobre la asesoría en radio y otras opiniones que he encontrado en tu otro blog referidas a la calidad de algunos blogs cubanos que no alcanzan el nivel que desearíamos. Pero bueno, eso es harina de otro costal, que en algún momento llevaremos de nuevo al molino. Un abrazo desde Holanda.


Y desde Vueltabajo escribió la aguda periodista Yolanda Molina Pérez, del periódico Guerreillero:

Adrián, no te imaginas el gusto que me da que hayas iniciado este espacio para la crítica audiovisual reflexionando sobre el papel del asesor y es que coincido contigo en las valoraciones que haces sobre sus funciones,es doloroso reconocer que tienes la razón.Mejores asesores y un riguroso trabajo de ellos y radio y televisión darían un vuelco total en cuestión de horas y días.

El asesor debería de ser el más capacitado de cualquier colectivo o programa y muy contrario a lo que algunos piensan debe ser también un realizador, ¿cómo demostrar ante un director de radio o TV que su puesta no es la más feliz si no somos capaces de mostrarle la alternativa indicada? la posibilidad de veto del asesor debería de ser usada con mayor frecuencia para que escuchas y televidentes tuviesen que hacer menos uso de la de ellos.

El asesor no sólo se restringe al contendio, debe ser alguien con una formación estética, conocedor de los códigos, técnicas, recursos audiovisulaes y códigos de la comunicación, pienso que la calidad de la radio y la televisión cubana podrían ser mucho mayores si se trabajase sobre la base d ela responsabilidad material.

Pongo en tus manos recursos tecnológicos y humanos con un propósito, el productor los administra, para que el director haga su obra, pero si el producto final no responde a los intereses artísticos, comunicativos, lúdicos para los que supuestamente fue concebida la obra, el colectivo paga a la emisora o el canal el costo de la realización y por supuesto ellos no ganan por lo que hicieron, pues no sirvió...

¡Verías con cuanta profesionalidad se trabajaría! Un director lo pensaría antes de asumir otro nuevo proyecto, cada productor velaría hasta por el último peso y no habría asesor que diera curso a un guión sin estar seguro de que sería viable y si aún así el programa en cuestión no resultara ser en la práctica lo que parecía en el papel, el dictamen de este especialista sería mucho más veraz que la ficha técnica con que acompañar un cassette, disco o cinta para que espere ser trasmitido.Me extendí en demasía pero me apasiona el tema, un abrazo y mis felicitaciones para el que al menos para mí es un feliz comienzo de esta blog.

1 comentario:

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

Amigo mío:

Lamentablemente estoy en medio de mucho trabajo y sólo podré darte ciertas impresiones, pero con la sinceridad que trato de practicar siempre. Algunas de estas ideas ya las he dicho, en el Congreso de la UNEAC y en eventos de la radio; pero me place recapitularlas.

Lo primero que quiero es que me disculpen todos aquellos asesores, sobre todo asesoras (conozco a algunas de mucha experiencia) que cumplen con su trabajo. Esto no va dirigido a ellos; pero la asesoría en Cuba, en la radio y la televisión, necesita una SACUDIDA MONUMENTAL.

El sistema de pago que convierte al asesor en juez y parte es un soberano disparate. Se supone que son especialistas con el conocimiento requerido para evaluar y recomendar una obra determinada… pero que se les pague acorde con la cantidad aceptada o recomendada, es sembrar la semilla de la corrupción. ¿CÓMO es posible que esto pueda subsistir en los medios, en una entidad de arte e ideas?

Hay mucha asesoría permisible y cómplice, que pasa por el dinero, antes que por la calidad. Y el control sobre esto es igual de endeble. Por eso muchos proyectos nacen cojos, se vuelven inválidos, se arrastran... y ahí siguen.

Lo ideal, lo razonable sería que quien asesorara, por ejemplo, un espacio histórico o musical, fuera un historiador o un musicólogo… pero a falta de ello, creo que no cabe otra cosa que la superación, la lectura constante, la actualización… PERO ese es otro supuesto: nunca se les ve el pelo en ningún concierto en ninguna conferencia ni en ninguna biblioteca, como si no hiciera falta.

Mientras el escritor se rompe la cabeza, acude a esta y otra fuente, el asesor puede dar su visto bueno en cinco minutos. Lo he visto. Muchos se han vuelto correctores gramaticales o de estilo.

Muchos asesoran muchos programas, con su correspondiente beneficio pecuniario. ¿En qué tiempo pueden consultar dudas o perfilar estrategias? ¿Quién se los propicia y se los permite? ?quién le pone el cascabel al gato?

Fuera de la programación dramática, con todas sus complejidades, hay programas que en mi opinión, pueden prescindir del asesor: con el escritor y el director bastan. En algunos espacios el asesor se vuelve un ente parasitario y pasivo, un formalismo más. Algunos dan la impresión de vivir en una especie de limbo. Tengo cada vivencias que si te contara saldrías corriendo.

Por hoy te dejo, confiado en que honrarás el trabajo del asesor, imponiendo el rigor que se supone lleva este trabajo. Sólo agrego que ando tras esa huella y que el año próximo mi acercamiento al tema será sobre bases testimoniales y estudios.

Ojalá caigan aquí otras opiniones.
Reinaldo.