domingo, 2 de noviembre de 2008

FABIO BOSCH

Fabio Bosch durante la transmisión del programa "La hora de Luís", junto al fallecido repentista Luís Gómez.

Mi biografía de radialista incluye el nombre de Fabito entre los más temidos del medio. Ni siquiera el diminutivo; que lo diferencia de su fallecido padre, Fabio Bosch, un locutor muy importante en la historia de la radio en el centro de Cuba, atenuó el respeto con que se le mencionó la primera vez que supe de una evaluación artística en Radio Sagua. Yo, por suerte, aún no estaba entre los evaluados.

Hubo una segunda vez..Entonces la comisión evaluadora que él preside, valoró el trabajo de los realizadores de sonido. Uno de ello estaba bajo mi mando. Si yo le daba una orden equivocada, ponía en riesgo su trabajo....El muchacho obtuvo el primer nivel y yo también me sentí triunfador. No llegué a conversar por Fabio, pero me contaron que le había agradado mi trabajo. En cambio, pienso que el día me tocó evaluarme a mí fui mucho menos sagaz como director.

Recuerdo cada una de las observaciones de Fabio, las pequeñas ironías con que solía salpicarlas y un ataque de estornudos mío único...Mientras Machado González y el buenazo de Rogelio Castillo me observaban compacivos. Fabio no podía desligarse del papel de malo, aunque yo nunca lo vi como tal. (Soy un poco malo, como él). Dijo que en mi nota final influía la opinión del Consejo Artístico de la emisora, porque aquel era un proceso democrático. Pareció no estar de acuerdo con el primer nivel que obtuve finalmente, pero no le creí. Cuenta con prestigio y autoridad suficientes para vetar una evaluación falsa.

Hoy le temo más a lo miles a de oídos anónimos que me escuchan que a Fabito, un hombre al que el amor por radio le corre por las venas y que como Luis Agesta Hernández, Rogelio Castillo Moreno (por cierto de mi pueblo), Jorge Gómez Gutiérrez y otros "Rostros que se escuchan" (aunque no figuren en los libros de Josefa Bracero), ni siquiera el prestigio y la autoridad bien ganados, los salva de los tormentos que abrazar la profesión de radialista provoca....

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